Presidente Electo de la República de Costa Rica
Con el fin de cumplir con lo prometido durante la campaña, Oscar Arias aborda como primeros proyectos a) la reducción de la deuda política y la disminución del tiempo de la campaña electoral; b) la creación de una caja hipotecaria de vivienda para cristalizar su ofrecimiento de construir 80,000 viviendas en cuatro años. Asimismo, desde el inicio, Arias manifiesta que participará profundamente en la formulación de la política exterior en aras de hacerla más dinámica y de mayor proyección.
Ya desde la campaña presidencial, Arias se opone a que se preste el territorio nacional para operaciones de la «Contra» nicaragüense. Una vez electo expresa que actuará con rigidez para hacer más efectiva la neutralidad costarricense en relación con el conflicto interno de Nicaragua y rechaza abiertamente la ayuda que Estados Unidos otorgaba a los rebeldes nicaragüenses.
En una entrevista en un programa norteamericano llamado «One on One», el presidente electo, refiriéndose a los $100 millones que el presidente Reagan estaba gestionando ante el Congreso para ayudar a la Contra, dijo: «si yo fuera Reagan, daría esa ayuda a Guatemala, El Salvador, Honduras y Costa Rica para ayudar a sus economías, y no para fortalecer militarmente a los contras.» Estas declaraciones formaban parte del intento de Arias por construir un espacio propio en materia de política exterior. Las manifestaciones ponen de inmediato cierta tensión en las relaciones con Washington, y da inicio un juego de presiones abiertas y encubiertas para una rectificación de la posición de Arias. Los diarios estadounidenses destacaban la disidencia del futuro presidente de Costa Rica, mientras que la prensa nacional consideraba sus declaraciones como una peligrosa oposición a las políticas de la Casa Blanca.
Una vez que recibe sus credenciales como presidente electo de Costa Rica por parte del Tribunal Supremo de Elecciones, Arias se reúne con diferentes actores políticos para presentarles la situación de Centroamérica y su posición con respecto a la ayuda a la Contra nicaragüense. Realiza una gira por Colombia y Venezuela, países que formaban parte de «El Grupo de Contadora». Manifiesta que América Latina y este «Grupo» en particular, deben exigirle al gobierno de Nicaragua que negocie con la oposición, incluso que se le imponga un tiempo máximo para hacerlo. Además, visita Brasil, Ecuador, Argentina, Perú y Bolivia y en cada uno de ellos apela a que se realice un último esfuerzo por la paz, con la cual América Latina tenía una obligación moral.
Arias viaja a Guatemala, Honduras y El Salvador con la intención de analizar la situación centroamericana, e invita a los presidentes de esos países a su toma de posesión para conocerse mejor, pues según el mandatario electo: «la mejor diplomacia será la del contacto personal y en caso de que no sea posible la del teléfono».
Quizás el período de transición entre las elecciones y la toma de posesión no haya sido tan dinámico, intenso y confrontativo para ningún presidente electo, como lo fue para el presidente Arias. En ese período tuvo que explicar continuamente la posición de la nueva administración en política internacional y los temores de Costa Rica frente a la instalación de un régimen totalitario y expansionista en Nicaragua.
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Traspaso de Poderes, 08 de mayo de 1986
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